Avanzar en la prevención de los abusos hacia cualquier persona es sin duda un objetivo colectivo prioritario, pero que en el caso de las personas con discapacidad intelectual, cobra especial importancia por los especiales matices que en él intervienen.
Por ello desde la Asociación Laborvalía, se ha puesto en marcha esta Unidad, que nace con la vocación de apoyar a las personas más vulnerables y activar mecanismos de prevención y evaluación que ayuden a las organizaciones a detectar cualquier caso de abuso que se hay producido o se esté produciendo.

Este proyecto se sustenta, en parte, en las siguientes cuestiones:

• Según las estadísticas, el abuso sexual y físico a las personas con discapacidad intelectual es considerablemente más frecuente que el de cualquier otro colectivo.
• Muchas personas con discapacidad intelectual que están siendo víctimas de un abuso no lo identifican como tal y, por tanto, su prevención y detección depende de un tercero, que en muchos casos será el profesional que cada día trabaja a su lado.
• La red social de las personas con discapacidad intelectual sigue siendo significativamente menor que la del resto de las personas, por lo que, para muchas, el único contexto potencialmente protector es el recurso al que cada día asisten.
• La sexualidad de las personas con discapacidad intelectual se sigue viviendo con demasiada frecuencia con incomodidad o como un simple “tema” educativo a tratar, y no como un derecho, al mismo tiempo que un factor de protección frente a los abusos sexuales.
• Las formas en las que se manifiestan las consecuencias derivadas de los abusos en las personas con discapacidad tienen un carácter sui generis, por lo que es importante dar formación en este sentido.